La Disciplina
La disciplina es un Hábito y por lo tanto cualquier persona que lo decida puede adquirirla. Ella te proporciona la habilidad para organizar tus pensamientos y acciones más allá de tu estado anímico. Cada triunfador o persona de Éxito la tiene ya sea que la adquirió durante su desarrollo temprano o al igual que yo lo hizo conscientemente. No hay logros verdaderos sin disciplina y constancia.
En casa tengo dos amorosas mascotas ellas son dos perras, una de ellas es una ovejera ya mayor pero adiestrada y disciplinada con horarios y lugares que yo misma le designé la otra es una perra chiquita de tamaño sin raza determinada y muy consentida por mi esposo ya que la integramos a la familia porque un frió invierno de ya hace 4 años la dejaron en la calle y se cobijó en nuestra puerta. La perra ovejera a pesar de su tamaño no da trabajo pero la pequeñita como está más consentida que adiestrada hace lo que quiere y nos arrastra con ella.
Nuestra mente sin trabajo y entrenamiento se comporta como mi pequeña perra. Siempre intenta buscar situaciones placenteras evitando las incómodas y para respaldar su accionar siempre nos da la excusa perfecta. Si no aprendemos a entrenar nuestra mente, la mente siempre tendrá el control sobre nosotros.
Si tu deseo es crecer personalmente y ser Exitoso en todos los ámbitos de tu vida necesitas entrenar tu mente.
Puede ser que estés leyendo esto porque buscas dinero pero créeme no hay riqueza duradera ni abundante sino trabajas para ser abundante en todos los ámbitos de tu vida. La disciplina es fundamental para ello.
Específicamente hablando de crecer financieramente si eres un emprendedor sabrás cuan importante es la disciplina. No te confundas esfuerzo no siempre es lo mismo que disciplina yo durante algún tiempo como emprendedor me esforcé mucho sin resultados la realidad es que con el tiempo descubrí que sobraba esfuerzo y faltaba disciplina. Y acá caemos en “el cierto modo de hacer las cosas”
Cuando eres emprendedor no tienes a nadie que te diga que hacer, como y cuando hacerlo. No tienes a nadie vigilando para ver si rindes lo suficiente. Es aquí donde entra en juego la disciplina y la habilidad de gestionar nuestro propio tiempo. Hacer un plan de trabajo serio y seguirlo.
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